El Atlético de Madrid ha vuelto a quedarse corto. La derrota ante Las Palmas ha sido el golpe final en una temporada que ya puede calificarse como decepcionante. A 13 puntos del Barça en Liga y sin opciones reales en otras competiciones, el ambiente en el Metropolitano es de resignación.
Uno de los jugadores más afectados por esta situación es Julián Álvarez. El argentino llegó el pasado verano con el cartel de estrella y el impulso de ser campeón del mundo. Pero la realidad deportiva del club ha estado lejos de lo prometido.
Julián esperaba luchar por títulos, crecer como referente ofensivo y dar un salto en su carrera. Hoy, ese impulso inicial se ha convertido en una mezcla de desilusión y dudas.
Un proyecto que no despega
Desde su llegada, el delantero ha sido profesional y comprometido. Ha marcado goles importantes, ha tirado del equipo en momentos complicados y nunca ha bajado los brazos. Pero siente que no es suficiente.
La falta de ambición mostrada por el club en ciertos tramos de la temporada ha dejado huella. El equipo no ha sido regular, no ha reaccionado cuando debía y ha mostrado carencias estructurales evidentes.
Julián no está solo en esta sensación. Varios jugadores clave comparten ese diagnóstico, aunque él es uno de los que más lo está interiorizando.
La estructura táctica del Atlético tampoco ha ayudado a que brille con continuidad. El rol que Simeone le ha asignado, más fijo y menos libre, no se adapta del todo a su estilo. Julián necesita moverse, recibir entre líneas, atacar espacios… no solo esperar balones.
A pesar de su calidad, no ha tenido un acompañamiento ofensivo a su altura. Le ha faltado conexión con los extremos, sociedades en ataque y, sobre todo, continuidad en las alineaciones.
Todo esto le ha llevado a preguntarse si está en el sitio adecuado para dar el salto que su carrera necesita.

Por ahora, sin decisión firme
Julián no se plantea salir de inmediato. Aterrizó en Madrid hace menos de un año y su intención inicial era quedarse a largo plazo. Pero si el club no da un paso adelante, no descartará cambiar de aires en 2026.
El entorno del jugador ya ha empezado a recibir señales. Intereses hay: en Alemania, Italia y Francia lo siguen desde hace tiempo. Pero el propio futbolista no quiere precipitarse.
Esperará a ver cómo se mueve el Atlético este verano. Pero ya no hay la misma confianza que hace unos meses.
La situación deportiva ha tensado aún más la figura de Diego Simeone. El técnico argentino sigue teniendo crédito por su pasado, pero sabe que necesita reconstruir el proyecto cuanto antes. Y que sin figuras como Julián, ese proceso será aún más complicado.
El club deberá convencerle con hechos, no con promesas. Refuerzos de nivel, una planificación clara y objetivos ambiciosos serán la única forma de retenerlo. De lo contrario, el desgaste será irreversible.
En el vestuario se respira cierto desencanto. Y los líderes ya no esconden su preocupación.
Una opción que seduce a Julián
En medio de este contexto, Julián Álvarez ha empezado a valorar alternativas reales para su futuro, y según fuentes cercanas, vería con muy buenos ojos una propuesta del FC Barcelona. El proyecto joven, ambicioso y con Flick al mando le atrae mucho más que otras opciones.
Cree que su estilo encajaría perfectamente en un equipo que juega al ataque, con movilidad constante y protagonismo para los delanteros. Además, ve en el Barça un escenario ideal para volver a sentirse importante en Europa.

Si el Atlético no reacciona pronto, el argentino podría cambiar de colores. Y esta vez, su destino podría estar mucho más cerca de lo que imagina el Metropolitano.