Tras la Eurocopa disputada en Alemania, el panorama futbolístico internacional se ha rendido a una selección española que levantó con total justicia el trofeo de campeones. Cierto es que tanto Lamine Yamal como Nico Williams se han llevado los principales halagos, siendo quizás los futbolistas más destacados por su desequilibrio ofensivo, su sorprendente descaro y su brutal precocidad. Pero no son los únicos componentes de La Roja que han realizado un torneo para enmarcar, más allá de nombres propios como los de Unai Simón, Laporte, Cucurella, Rodri o Morata un jugador rozó la excelencia en cada encuentro disputado; se trata de Dani Olmo.
La lesión de Pedri frente a Alemania sirvió en bandeja al centrocampista del RB Leipzig la posibilidad de ofrecer su mejor fútbol. Y este no la desaprovechó. En cuartos, semis y en la mismísima final Olmo demostró lo que ya saben en la Bundesliga, que enlaza a la perfección el centro del campo con la delantera, que tiene desequilibrio y llegada suficiente para dar el salto a un grande y que además también tiene gol. Motivos más que suficientes para que el Barça esté intentado echar el resto para traerle de vuelta al Camp Nou.
Seamos sinceros, el posible regreso de Dani Olmo al Barça se antoja complicado. Primero porque la máxima prioridad en el capítulo de altas es el fichaje de Nico Williams. Y segundo porque depende de que se cierre alguna salida importante en las próximas semanas, algo que, vista la facilidad con la que ciertos jugadores se aferran a sus contratos para autoproclamarse intransferibles, va a ser una auténtica quimera. Pero lo que está claro es que, en caso de que su regreso se acabara concretando, se trataría de una vuelta dolorosa para las arcas del club, el Barça ganaría en calidad para su plantilla y en desequilibrio para la parcela ofensiva, pero lo haría a cambio de pagar cerca de 60 millones de euros por un futbolista que en su día era de su propiedad.
No sería ni mucho menos el primer caso en que el club azulgrana paga por recuperar a un ex canterano culé. Hay varios ejemplos en el pasado, algunas resultaron operaciones más que positivas para los intereses barcelonistas, mientras que otras en cambio no dieron el resultado esperado. Repasemos algunos de los futbolistas que tras abandonar el club cuando militaban en categorías inferiores, acabaron recalando de nuevo en el Camp Nou años más tarde.
Gerard López
El caso de Gerard es de esos que causan una herida imposible de cerrar. A final de la temporada 96/97 el Valencia aprovechó para firmar a coste cero a uno de los jugadores más prometedores del filial azulgrana, ya que el centrocampista de Matadepera no estuvo por la labor de renovar su contrato y empezar a disponer de minutos en el primer equipo barcelonista. Entre ser uno más en la plantilla dirigida por Louis Van Gaal o ser la piedra angular del nuevo proyecto valencianista, Gerard optó por la segunda opción. Y no se puede decir que se equivocara, tras dos exitosas temporadas en Mestalla se convirtió en el objetivo nº1 de Joan Gaspart, quien traicionado por Figo y con las arcas del club rebosantes de “cash”, decidió pagar 3.600€ millones de pesetas para su regreso. Lamentablemente, su rendimiento en su segunda etapa como barcelonista dejó mucho que desear.
Gerard Piqué
Pocas operaciones han sido tan fructíferas para los intereses barcelonistas como el retorno de Gerard Piqué a la Ciudad Condal. El Manchester United logró pescar en las categorías inferiores del club azulgrana llevándose a una de sus perlas, un central con mayúsculas que acabó de crecer rodeado de la exigencia física del fútbol inglés. Años más tarde, ante la falta de minutos en el mejor United de los últimos tiempos y el interés de Pep Guardiola en que retornara al Camp Nou, 5 millones de euros bastaron para que los Red Devils liberaran al defensor. Lo que vino después lo sabemos todos, 15 temporadas liderando la zaga culé en las que su palmarés particular y el del propio club se vieron engrosados con la consecución de numerosos títulos.
Cesc Fábregas
De nuevo un equipo inglés pescando en las categorías inferiores del FC Barcelona. En este caso el Arsenal de Arsène Wegner logró tentar a uno de los futbolistas con más proyección de la cantera azulgrana. Cesc Fábregas se convirtió en Londres en uno de los nombres propios de la Premier, hasta que un Barça campeón de todo le ofreció la posibilidad de compartir vestuario con los Messi, Xavi, Iniesta y compañía. Volver a casa y arropado por el mejor equipo de la historia, una oferta difícil de rechazar que se materializó a cambio de 29 millones de euros para el conjunto Gunner. La vuelta de Cesc no puede considerarse como un fracaso total, si bien es cierto que su llegada coincidió con el inicio del declive culé vivido en los años posteriores a la marcha de Pep Guardiola y que el jugador nacido en Arenys de Mar no acabó de ofrecer el rendimiento esperado.
Jordi Alba
La repesca de Jordi Alba fue sin duda otra de esas operaciones que se amortizaron rápidamente. Antes de alcanzar la etapa juvenil el lateral de l'Hospitalet cambió el Barça por el Cornellà, club en el que despuntó y llamó la atención de los ojeadores del Valencia. Ya defendiendo los colores del conjunto che alcanzó un gran nivel, lo cual le situó en el punto de mira de su antiguo club, un equipo todavía ganador que debía renovar su banda izquierda tras los mejores años de Abidal, Sylvinho y Maxwell. Rápidamente se hizo dueño y señor de dicho carril, formando una sociedad para el recuerdo junto a Leo Messi. 11 temporadas al máximo nivel y numerosos títulos avalan la decisión de traerle de regreso al Camp Nou, un traspaso que se cerró por 14 millones de euros.
Otros canteranos azulgrana como Aleix Vidal, Denis Suárez o Adama no tuvieron demasiada repercusión en su segunda etapa como barcelonistas. Mientras que Eric García, a la espera de que se resuelva su futuro, puede tener todavía opciones de mejorar su rendimiento bajo las órdenes de Hansi Flick. Como vemos, apostar por el regreso de un integrante de La Masia no es ni mucho menos sinónimo de éxito, queda por ver si la hipotética llegada de Dani Olmo a cambio de 60 millones de euros podrá considerarse o no en un futuro una decisión acertada.