El Barça ya había definido sus prioridades para reforzar el ataque. Con Hansi Flick al mando, la dirección deportiva empezó a moverse pronto en busca de un extremo que marcase diferencias. Uno de los nombres estaba claramente por encima del resto.
El nuevo proyecto necesita velocidad, desborde y mentalidad competitiva. Flick pidió un perfil concreto: alguien que pudiera cambiar partidos, aunque comenzara desde el banquillo. Y Deco se puso manos a la obra para buscar ese jugador ideal.
Durante semanas, todas las pistas apuntaban a un único objetivo. Pero el mercado ha cambiado de dirección de forma inesperada.

La delantera, prioridad de Flick
En su llegada al club, Flick dejó claro que la zona ofensiva necesitaba caras nuevas. Aunque hay talento, el técnico no está del todo convencido con las opciones actuales. Quiere competencia real y jugadores capaces de romper el ritmo.
Nico Williams era una opción interesante, pero se descartó por razones internas. Rafael Leão se valoró, aunque su precio lo hizo inviable. Incluso Jesús Rodríguez, la perla del Betis, estuvo en el radar.
Pero había un nombre que unía consenso: calidad, experiencia, y aún margen de crecimiento. Todo cuadraba… hasta que llegó un giro inesperado.

El club había trabajado en silencio para acercarse al jugador. Había interés real, conversaciones iniciales y predisposición desde el entorno del futbolista. Flick soñaba con tenerlo desde el primer día de pretemporada.
Además, el jugador encajaba perfectamente en el estilo del técnico alemán. Rápido, técnico, agresivo al espacio y con buena lectura táctica. Ideal para lo que Flick quiere construir.
Pero el fútbol no siempre entiende de lógica. Y en este caso, el mercado ha dado un giro que complica todo.

Arabia entra en escena
La situación empezó a cambiar cuando Vinícius Júnior decidió quedarse en el Real Madrid. Arabia Saudí estaba dispuesta a ir con todo por el brasileño, pero su continuidad obligó a buscar otras opciones. Y ahí fue donde apareció el gran deseo del Barça.
Los clubes saudíes quieren formar plantillas con nombres potentes. Y no dudan en poner cifras irrechazables sobre la mesa. En este caso, el elegido ha sido el mismo jugador que Flick pedía con insistencia.
La dirección deportiva culé ha quedado fuera de la puja. La diferencia económica es demasiado grande para competir.

Deco se ve obligado a replantear todo
El Barça tenía la operación bien encaminada. No era una compra sencilla, pero se barajaban fórmulas para facilitar la llegada. El Liverpool estaba dispuesto a hablar, y había margen para un acuerdo.
Ahora, todo eso ha quedado en el aire. El club inglés prefiere vender a Arabia, y el jugador ha empezado a valorar seriamente la oferta. A nivel económico, no hay comparación posible.
En los despachos del Camp Nou se asume que la opción está prácticamente descartada. Y Flick deberá pensar en nuevas alternativas.

El futbolista que estaba llamado a liderar el nuevo ataque del Barça era Luis Díaz. Pero salvo giro inesperado, jugará la próxima temporada junto a Cristiano Ronaldo en el Al-Nassr. Los saudíes han convencido al colombiano con una propuesta fuera del alcance de cualquier club europeo.
Deco y Flick ya lo dan por perdido. El colombiano era el favorito absoluto para reforzar la delantera, pero su fichaje ha quedado KO. En Riad lo celebran, en Barcelona lo lamentan.
El mercado apenas comienza, pero el Barça ya sufre su primera gran decepción.