Quién sabe el motivo. Algunos quizás por orgullo, después de haberlo criticado en sus momentos menos brillantes y no querer reconocer ahora que se equivocaban. Otros, en cambio, debido probablemente a un severo analfabetismo futbolístico. Pero lo cierto, es que a pesar del grandísimo momento de forma que atraviesa Frenkie de Jong, todavía hay quiénes osan poner en duda su calidad y su rendimiento. Ante el Celta, el ex del Ajax firmó una actuación de sobresaliente con el balón y de notable sin él. Solo su expulsión al final del choque y el hecho de que rompiera el fuera de juego en el segundo tanto vigués, le privaron de abandonar el césped con una matrícula de honor bajo el brazo.
No es algo nuevo; el neerlandés ya fue un jugador vital el año pasado, cuando parecía tener pie y medio fuera del equipo a principio de campaña y Flick se empeñó en recuperarlo para la causa. Este curso ídem de ídem, o incluso mejor si cabe. Con la ausencia de Pedri, Frenkie de Jong se está echando el centro del campo azulgrana a la espalda y, lejos de pasar fatiga, parece que la mochila no le pesa ni lo más mínimo. El pasado domingo, en Balaídos, firmó una de sus actuaciones más completas desde que fichara por el Barça y, ahí es nada, de eso hace ya siete temporadas. Movió al equipo a su antojo, marcó los tiempos del partido, revolucionándolo cuando era necesario y anestesiándolo cuando los intereses culés así lo requerían. El balón parecía desaparecer del estadio por fases, en algunas porque el centro del campo barcelonista volvió a moverlo con velocidad, y en otras, porque Frenkie lo escondía como si de un prestidigitador se tratara.
Si bien el internacional con Países Bajos ha sido criticado en diferentes ocasiones por parte del entorno barcelonista, no sucede lo mismo con el vestuario. De puertas hacia dentro, Frenkie de Jong es uno de los jugadores más valorados por los componentes de la plantilla. Desde canteranos que entrenan con el primer equipo hasta piezas importantes del conjunto de Flick han confesado su admiración por el neerlandés, destacando su capacidad para controlar el juego, su inteligencia táctica y su liderazgo. El último en unirse a dichos halagos fue Marcus Rashford, que al ser preguntado por el futbolista más infravalorado del equipo no dudó en nombrar a FDJ, ensalzando su facilidad para actuar en diferentes posiciones sobre el césped y siempre a un gran nivel.
El tercer capitán del FC Barcelona vive un momento dulce. Atrás quedaron los problemas de tobillo que lo mantuvieron meses alejado de los terrenos de juego. Tiene continuidad, tiene la confianza ciega del mister y eso se nota, en un futbolista crecido que ahora mismo es capaz de merendarse él solo el centro del campo del rival de turno. La pega, se perderá el duelo ante el Athletic, pero le servirá de descanso ante un calendario que hace subida tras el parón por partidos internacionales. Me mojo, me atrevería a decir que es el jugador más en forma de la plantilla culé, de modo que quien ose, todavía a día de hoy y ante tal rendimiento, seguir poniendo en duda la calidad del neerlandés, tiene castigo; coger una libreta y copiar 100 veces “no criticaré a Frenkie de Jong”.