El caso Dani Olmo ha marcado un antes y un después en el fútbol español. La polémica por su no inscripción en LaLiga ha desatado una tormenta en el FC Barcelona, con consecuencias que van mucho más allá del jugador. Joan Laporta ha dejado claro que no perdonará a aquellos que, según él, han trabajado en la sombra para perjudicar al club.
Un Barça más combativo
El FC Barcelona ha decidido cambiar radicalmente su estrategia en el mercado de fichajes. Clubes como el Atlético y el Sevilla, señalados por el Barça como instigadores en el caso Olmo, ya no serán opciones para cerrar operaciones.
El primer movimiento de este nuevo enfoque fue la paralización de la venta de Clément Lenglet al Atlético de Madrid. Aunque el central francés es actualmente un cedido y su salida beneficiaría al Barça económicamente, Laporta ha decidido bloquear cualquier acuerdo con el club rojiblanco.
“Cualquier cosa menos cerrar otro negocio con ellos”, se comenta en el entorno azulgrana. La lista de antecedentes con el Atlético incluye casos como los de Villa, Luis Suárez o Griezmann, lo que refuerza la decisión de Laporta de poner fin a esa relación comercial.
Sevilla también queda fuera del radar
El Sevilla no se libra de la ruptura. Ansu Fati, cuya salida parecía destinada al equipo hispalense, no jugará allí. La operación, que parecía cerrada, ha sido vetada por Laporta como respuesta directa a lo sucedido con Olmo.
El Sevilla, en plena crisis deportiva y económica, buscaba un acuerdo favorable para llevarse a Ansu Fati. Pero Laporta ha dejado claro que no habrá trato. “Ansu no irá nunca al Sevilla mientras tenga contrato con el Barça”, señalan fuentes cercanas al club.
El caso Olmo no solo ha fracturado relaciones con otros clubes. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y LaLiga Profesional también están en el punto de mira del Barça. Según el club, ambas instituciones han actuado en contra de sus intereses, y Laporta ha decidido adoptar una postura de distanciamiento.
El Barça mantendrá su afiliación a ambas entidades por obligación, pero no colaborará en ninguna de sus iniciativas. Desde los despachos del Camp Nou se oyen frases como: “Que seleccionen a los del Real Madrid... si pueden”.
Esto podría tener un impacto significativo en las convocatorias de la selección española. Si el Barça pone trabas a la cesión de sus jugadores, la RFEF podría verse en apuros para conformar un equipo competitivo.
El futuro de Ansu Fati
Uno de los nombres más afectados por este cambio de estrategia es el de Ansu Fati. Su salida, que parecía inminente, ahora será replanteada. Laporta y Deco buscarán opciones fuera del ámbito nacional, evitando cualquier vínculo con clubes considerados adversarios tras el caso Olmo.
La reubicación de Ansu Fati será clave en el mercado invernal, y se especula con su posible destino en ligas internacionales. Equipos de Inglaterra e Italia ya han mostrado interés por el canterano.
El caso Olmo ha provocado una reacción en cadena en el FC Barcelona. Laporta y su equipo no solo buscan reforzar la plantilla, sino también proteger los intereses del club en un entorno que consideran hostil.
Esta nueva etapa del Barça promete ser más combativa y menos conciliadora. Marcando un cambio en su relación con otros clubes e instituciones del fútbol español. Con Ansu Fati como símbolo de esta transición, el mercado invernal será decisivo para definir el futuro inmediato del club y sus estrategias.
El Barça ya no mira atrás. La respuesta a los que consideran traidores está en marcha, y promete un invierno caliente en el fútbol europeo.