El partido en Seúl no solo dejó conclusiones futbolísticas. También sirvió para confirmar movimientos importantes dentro del vestuario. La temporada arranca pronto y la cuestión del brazalete empieza a tomar forma definitiva.
Flick ha evitado pronunciarse públicamente sobre este tema, pero ya hay señales claras. La marcha de antiguos capitanes abre la puerta a un nuevo liderazgo. Y varios jugadores del primer equipo ya han mostrado su opinión al respecto.
No se trata solo de jerarquía, también de compromiso, regularidad y conexión con el proyecto. El vestuario necesita una figura respetada, equilibrada y con recorrido dentro del club. Y entre los que permanecen, uno cumple todos esos requisitos.
Tras el pitido final en Corea, algunos futbolistas atendieron a los medios para comentar el partido y otros temas. Fue entonces cuando el asunto de la capitanía se puso sobre la mesa sin aviso previo.
La voz del vestuario empieza a ser escuchada
No hubo dudas ni titubeos. Las respuestas fueron naturales, sin evasivas ni frases de compromiso. Tanto De Jong como Ferran Torres hablaron con claridad y respaldo total a un nombre concreto.
Sus palabras no son casuales. Ambos han compartido muchas temporadas con los principales candidatos al brazalete. Y lo que dicen, refleja el consenso que se respira internamente.
El Barça vive un momento de transición. Se han marchado pesos pesados y otros han perdido protagonismo por lesiones o decisiones técnicas. El nuevo líder debe representar la estabilidad en medio del cambio.
Y eso es lo que el grupo quiere transmitir al cuerpo técnico: no quieren dudas, ni improvisaciones. Para ellos, la elección es evidente y responde a méritos acumulados durante muchos años.
Un perfil que combina experiencia, profesionalismo y liderazgo silencioso
La persona elegida ha estado en todos los momentos clave del Barça en la última década. Ha sido testigo de crisis, títulos, reconstrucciones y cambios constantes. Y a pesar de todo, siempre ha mantenido el mismo nivel.
No es un jugador que grite ni que busque cámaras. Lidera desde la constancia, la seriedad y el compromiso diario. Para sus compañeros, su voz pesa tanto en el vestuario como en el campo.

Ha sido titular indiscutible con todos los entrenadores que han pasado por el club. Además, ha representado al Barça en actos oficiales, ruedas de prensa y momentos institucionales. Es, en muchos sentidos, un capitán sin brazalete.
De Jong, con su habitual claridad, fue directo al hablar de él. Y lo mismo ocurrió con Ferran, que coincidió en la valoración general del grupo.
Un nombre que nadie discute: la capitanía ya tiene dueño
Más allá de la parte simbólica, también hay razones deportivas. El elegido ha sido decisivo en numerosas temporadas recientes. Ha sostenido al equipo en fases críticas y se ha ganado el respeto del fútbol europeo.
En este nuevo curso, además, tendrá una doble responsabilidad: rendir como siempre y ejercer de referente para los jóvenes. No solo en los partidos, también en el día a día. El modelo de profesionalidad que todos valoran.

Y finalmente, tras días de rumores, el nombre que ha recibido el apoyo del vestuario ha quedado claro. Marc-André ter Stegen es el elegido. Y tanto De Jong como Ferran lo dejaron claro tras el duelo en Seúl.
“Para mí, Marc es el capitán del equipo”, dijo el neerlandés. Ferran añadió: “Por veteranía y por todo lo que representa, creo que será él”. En el Barça, la decisión ya está tomada. Y el brazalete… ya tiene dueño.