Xavi Simons es un nombre que nunca se ha borrado del imaginario culé. Formado en La Masia y mediáticamente seguido desde sus inicios, su salida al PSG fue vista como un golpe emocional. Ahora, años después, el entorno del Barça empieza a movilizarse para hacer posible su regreso.
La idea ha nacido dentro del propio vestuario, donde no son pocos los jugadores que sueñan con volver a compartir equipo con él. Alejandro Balde, gran amigo personal del neerlandés, ya ha trasladado su opinión a los responsables deportivos. Cree que Xavi Simons no solo mejoraría el juego, sino también el ambiente en la plantilla.
Xavi Simons | @xavisimons
Lamine Yamal y Fermín también apoyan su fichaje
La idea ha ido tomando fuerza a medida que más voces se han sumado a ese deseo. Lamine Yamal y Fermín López también ven con muy buenos ojos la posibilidad de contar con el talento del joven neerlandés. Su experiencia en el RB Leipzig y el PSV ha servido para demostrar que está preparado para un reto mayor.
Simons, de 21 años, se ha consolidado como un jugador total: puede actuar como interior, mediapunta e incluso falso extremo. Posee desborde, visión, capacidad de asociación y una madurez sorprendente para su edad. Por eso, muchos en el vestuario lo consideran ideal para el nuevo Barça que está diseñando Hansi Flick.
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Sin embargo, el propio Flick no lo tiene como prioridad número uno. Busca extremos puros, verticales, más del estilo Nico Williams. Y en ese sentido, Simons encaja más como un mediapunta asociativo, no como un jugador de banda a campo abierto.
Aun así, la dirección deportiva no ha cerrado la puerta. El ofrecimiento por parte del jugador ya ha llegado, y su entorno lo ha hecho saber a Deco. Está dispuesto a rebajar su salario y facilitar el traspaso si eso permite vestir de nuevo la camiseta azulgrana.
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El coste del fichaje no es bajo, pero hay vías abiertas
El gran obstáculo, como siempre, es el económico. El RB Leipzig lo ha tasado en unos 70 millones de euros, una cifra que el Barça no puede pagar en este momento sin desprenderse antes de una pieza importante. Las posibles salidas de Ronald Araujo o Ter Stegen marcarán el futuro de esta operación.
Si alguno de esos movimientos se confirma, el club activaría el plan para recuperar a Simons. No solo por su calidad, sino también porque representaría una apuesta estratégica a largo plazo. Sería el tipo de fichaje que encaja con el nuevo discurso institucional: jóvenes, formados en casa y con proyección internacional.
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Uno de los puntos que más ha sorprendido positivamente a los directivos culés es la predisposición económica de Simons. A diferencia de otros jugadores que priorizan contratos altos, él ha aceptado una rebaja importante. Según fuentes internas, estaría dispuesto a firmar por unos 6,5 millones de euros brutos anuales, muy por debajo de lo que gana en Alemania.
Ese esfuerzo ha sido interpretado como una señal clara de compromiso. Quiere volver a casa, jugar en el Camp Nou y crecer con la generación de Balde, Fermín y Lamine. Además, no exige ser titular indiscutible, sino tener protagonismo progresivo dentro del grupo.
La presión del vestuario es real y ha llegado a los despachos de Laporta y Deco. El Barça ya ha demostrado que, cuando una operación tiene sentido colectivo, puede encontrar la fórmula para cerrarla. Si nada se tuerce, Xavi Simons podría ser el gran tapado del verano y, esta vez, para regresar al lugar donde todo comenzó.
