Esto es lo bonito del fútbol. Las cosas pueden cambiar prácticamente de la noche a la mañana. Hace ahora dos semanas, el Mónaco conquistaba el Trofeo Joan Gamper ante un Barça irreconocible. Saltaban las alarmas y con razón, pues el 0 a 3 final que reflejó el marcador resultó un auténtico varapalo para el estado de ánimo del aficionado barcelonista, que tras una gira ilusionante por EEUU veía como su equipo se desmoronaba poco antes de arrancar la liga. Por fortuna para los intereses azulgranas, tan solo 15 días más tarde, el panorama parece mucho más alentador deportivamente hablando.
En Valencia se tiró de oficio para obtener un triunfo trabajado y vital. Y ante un siempre correoso Athletic Club el conjunto de Flick mostró una buena versión en todas sus líneas, anulando a un Nico Williams que visitó la que pudo ser su casa y sumando una victoria tan merecida como necesaria para la afición. Koundé estuvo superlativo en defensa, frenando a uno de los mejores extremos que existen a día de hoy. Marc Bernal volvió a sostener la medular con oficio, como si llevara haciéndolo toda la vida al más alto nivel, sumando minutos en la élite que lo hacen crecer a pasos agigantados. Y arriba Lamine Yamal y Robert Lewandowski volvieron a ser diferenciales, ni más ni menos que lo que se espera de ellos.
Pero para mí el hombre del partido no fue ninguno de los nombrados. Cierto es que el Barça realizó un partido muy completo en lo colectivo, lo cual es digno de reseñar, pero a nivel individual Pedri destacó por encima del resto. Con su brillante actuación, el centrocampista tinerfeño provocó que el aficionado culé pudiera evadirse de la realidad en una tarde complicada. El talento en el último tercio era un tema candente en Montjuic, porque Gündoğan ya no estaba, habiendo redebutado en el City de Guardiola aquella misma tarde, y porque Dani Olmo tampoco formaba parte del once, pendiente todavía de que se pudiera llevar a cabo su inscripción. Pues bien, Pedri y su mejor versión se encargaron de que el seguidor barcelonista no pensara demasiado en ello.
90 minutos para soñar
Sin lanzar ni mucho menos las campanas al vuelo, la victoria ante el Athletic permite al aficionado culé soñar. Soñar con una temporada donde el equipo compita de principio a fin, sin desconexiones, y donde pueda volver a disfrutar del mejor Pedri. Sus 90 minutos ante el conjunto vasco fueron para enmarcar, realizando una de las actuaciones más completas desde que viste de azulgrana. Todos somos conocedores del talento del centrocampista tinerfeño, pero no esperábamos que tan solo una semana después de haber recibido el alta médica pudiera sacarlo a relucir de tal manera.
En el plano físico aguantó el partido completo, sin flaquear, teniendo delante a un rival que siempre te exige el máximo en cuanto a intensidad. Y de nuevo volvió a demostrar que tiene un don especial para imprimirle al juego la velocidad que requiere en todo momento, bajando revoluciones cuando toca guardar el balón y dotándolo de velocidad cuando hay que ir a por el partido. Para fortuna de la afición azulgrana, la actuación de Pedri demuestra que está muy cerca de su mejor nivel, de modo que toca cruzar los dedos para que las lesiones que tanto han lastrado su progresión en los últimos años queden atrás como un recuerdo del pasado, para que el rendimiento del canario no tenga techo.
El nexo imprescindible entre el centro del campo y la delantera
De buenas a primeras podía parecer que la demarcación de mediapunta o interior estaba superpoblada esta temporada. Gündoğan, Fermín, Pedri, Dani Olmo, Marc Casadó… nombres todos ellos capaces de actuar como nexo entre el centro del campo y la parcela ofensiva, debían pelear inicialmente por la titularidad en el nuevo Barça de Hansi Flick, pero a la hora de la verdad esa pugna no se ha llevado a cabo. El primero acabó saliendo para ganar margen salarial en la plantilla, el segundo no ha llegado a tiempo para el inicio de la temporada, tras disputar Eurocopa y JJOO, mientras que el ex del RB Leipzig no ha podido ser inscrito por el momento y Casadó, cuando tiene minutos, actúa más como acompañante del mediocentro en un doble pivote.
Así pues, una posición de enganche que debía tener diferentes candidatos fue rápidamente adjudicada el pasado sábado a un Pedri que rozó la perfección en su tarea. Todo balón que debiera llegar en condiciones a los integrantes de la delantera, pasó antes por los pies del canario. Y una vez más, sacó a relucir su pasmosa facilidad para realizar conducciones pegadas al pie, de esas que rompen líneas enemigas, teletransportándonos al pasado por unos instantes y recordándonos al mejor Andrés Iniesta.
A la espera de una posible dupla con Dani Olmo
Tras ver el recital de Pedri ante el Athletic, el seguidor azulgrana ha iniciado la cuenta atrás para poder disfrutar de una dupla que promete y mucho. Con el canario y Dani Olmo actuando como interiores, por delante de Marc Bernal y por detrás del trío atacante, el Barça puede rebosar calidad en la zona de tres cuartos. A la espera de ver como funcionan juntos, ambos son futbolistas de equipo, con una enorme visión de juego y gran facilidad para ofrecer un último pase que habilite al atacante de turno. Si por separado suelen brillar, como pareja de línea pueden marcar una época.
Solo el tiempo dirá si la dupla Pedri - Olmo acabará siendo tan fructífera como promete. Cierto es que en partidos en los que haya que reforzar la contención quizás apostar por este dúo de interiores puede ser arriesgado, pero en encuentros como local el Barça tiene una opción netamente ofensiva e inmensamente creativa al alinearlos juntos. Pocos equipos dispondrán de tanta calidad en esa parcela del campo.
Pedri ha vuelto. Y lo ha hecho por la puerta grande. Toca averiguar si con los nuevos preparadores físicos del FC Barcelona los problemas musculares padecidos en el pasado, y que tanto han lastrado su evolución, quedan en el olvido o persisten. La calidad sigue estando ahí, lo vimos el sábado. Si su musculatura deja atrás la fragilidad y el jugador comienza a tener continuidad, el canario puede ser el fichaje del año.