El Barça salió de la jaula del Coliseum lleno de arañazos. Pocas veces han acertado tanto a la hora de escoger nombre para un campo de fútbol. Al estadio del Getafe entras como si de un gladiador se tratara, sabiendo que vas a tener que vértelas con auténticas bestias, y que si no estás acertado te va a costar muy probablemente la vida. Y fue precisamente lo que le sucedió al conjunto de Flick, no tener de nuevo su mejor noche en tierras madrileñas le costó enterrarse vivo en la competición doméstica, donde el Real Madrid le aventaja ya en siete puntos, una distancia que para mí se antoja insalvable.
Así pues, el Barça pudo decir adiós a la Liga en el peor lugar posible, donde sabes a ciencia cierta que disfrutan con tus males. Donde Bordalás y los suyos van a tirar de todo tipo de artimañas para complicarte la existencia, y donde llevan ya varios años consiguiéndolo. Pero el problema no son los dos puntos que se esfumaron el sábado, lo son los 16 que ya se habían escapado las últimas jornadas de 2024. Los pinchazos ante Real Sociedad, Celta, Las Palmas, Betis, Leganés y Atlético son los que conforman la racha nefasta que te han dejado sin opción al título. Y es que al Coliseum no puedes ir sin margen de error, porque no es un buen lugar para jugarte la vida.
Pero lamentarse no sirve de mucho. Toca pasar página y volver al modo Champions, donde el FC Barcelona se ha mostrado intratable por ahora. Los de Flick tienen avanzada su clasificación directa para los octavos de final, y toca confirmarla ante Benfica primero y Atalanta después. En Can Barça se está acostumbrado a reinar en Europa cuando también se reina en la Liga, a ser el mejor a nivel continental sólo cuando también se es a nivel nacional, se carece de ese gen madridista que permite separar ambas competiciones, pudiendo acabar segundo o tercero en la competición doméstica y levantar la orejona allá por el mes de mayo.
La pregunta del millón; ¿Es el conjunto de Flick favorito para ganar la Champions? Tan cierto es que el FC Barcelona solo sabe levantar dicho trofeo cuando hace doblete junto a la Liga como que este Barça ha mutado esta temporada. Capaz de contragolpear con majestuosidad, de dañar al rival sin la necesidad de hacerlo a través de posesiones interminables, de vivir en el alambre tirando arriesgadas líneas de fuera de juego. Si este equipo está tan alejado de sus versiones anteriores, ¿por qué no pensar que realmente es capaz de optar a reinar en el continente sin reinar en su propia Liga?
Ya hemos comentado, y ha quedado patente en los dos últimos meses, que este Barça es capaz de lo mejor y de lo peor. Que cuando la irregularidad aparece es muy complicado que desaparezca en un abrir y cerrar de ojos. Por eso, y porque el Real Madrid se dejará pocos puntos de aquí a mayo, la competición doméstica se ha puesto imposible. Pero no descarten sorpresas en Europa, porque si algo ha demostrado el conjunto de Flick, es que es capaz de jugar al fútbol como nadie y de doblegar y golear a cualquier equipo, requisitos más que suficientes para tenerlo muy en cuenta en la máxima competición continental. Así pues, adiós Liga, pero hola Champions.