El Barça cae ante el Real Madrid en el primer Clásico de la temporada de la Euroliga. Un partido con un bajo rendimiento de ambos equipos aunque con un Madrid que supo mandar en los momentos clave. Los equipos disputaron por el liderato de la competición europea, pues los dos tenían un balance limpio (4-0). Sin embargo, solo uno podía salir victorioso. En este caso, el Barça rompió la racha.
Los culés llegaban con la esperanza de ganar el tercer clásico de la temporada. Tras dos derrotas, la primera en la semifinal de la Supercopa (80-90) y la segunda en la tercera jornada de Liga (86-79), se le suma esta tercera en la quinta jornada de la Euroliga (64-65).
El conjunto de Grimau no pudo contar con la presencia de su máximo anotador y asistente de la plantilla, Nico Laprovittola, baja de última hora por molestias en el aductor izquierdo. La ausencia del jugador provocó inseguridad en un equipo que, a diferencia de las otras jornadas de la competición, no mostró un juego ni convincente, ni ganador.
El Barça regresa al Wizink en busca del 5-0
Los azulgrana llegaban al Wizink empoderados, liderando los primeros minutos con Vesely bajo el aro y Abrines desde su posición en la línea de 3 (8-17). El Real Madrid intentaba igualar la intensidad, pero resultaba en un 0/6 en triples. Tras la gran actuación del checo en ataque y en defensa (6 pts.), Grimau le daba un descanso y entraba en pista Willy para sustituirlo. Y qué bien lo hacía, pues rugía todo el Wizink con sus acciones (16-28). Los locales seguían desconcertados y el técnico paraba el partido esperando una reacción que parecía no llegar.
Todo cambiaba en el segundo cuarto. La mentalidad y actitudes azulgranas parecían otras. A esto se le sumaba la química del dúo formado por Campazzo y Deck, que desconcertaba a la defensa culé. No se luchaba ni un rebote. Los últimos 6 minutos de la primera parte sin anotar fueron muy perjudiciales para los de Grimau, y, tal vez, la clave del partido. El equipo no mantuvo la distancia que se había creado en el marcador y el Madrid lo vio como la ocasión perfecta para presionarlos. Y no supieron reaccionar ante dicha presión. Los líderes de los dos equipos, Willy y Deck, fueron los máximos anotadores de la primera parte (11 pts.), que terminó con un resultado de 28-30.
Deck se adueñó del partido en el tercer periodo. Con un Barça apagado en ataque y en defensa, no había jugador capaz de moderar la situación. Ni las rotaciones de Grimau parecían servir, pues pocos jugadores respondían. Pese a Kalinic romper la sequía de los 6 minutos sin anotar, cada canasta costaba un mundo (39-37). Los blancos eran liderados también por Poirier, quien recuperaba el mando del encuentro. A falta de pocos minutos para terminar el tercer cuarto, la cuarta falta de Satoransky provocaba quejas entre el banquillo. El checo estaba totalmente fuera del partido (51-41).
Pasaban los minutos y en la mente de los culés no cabía la victoria. Estaban rendidos ante un Madrid que anotaba sin parar y conseguía la máxima diferencia hasta el momento (53-41). Contra todo pronóstico, el equipo despertaba y también lo hacía Satoransky, quien equiparaba el marcador. Llegaban los minutos finales y los más polémicos del partido. Una acción de Jokubaitis muy cuestionable y tres tiros libres otra vez para Satoransky que tampoco servían para sentenciar el partido. Era el Madrid quien sí lo hacía en un final de infarto, aunque un triple de Abrines sobre la bocina maquillaba el resultado (65-64). Pese a la derrota, cabe destacar que el conjunto fue capaz de recuperarse ante un resultado que podría haber sido más amplio.
El equipo se medirá ante el Panathinaikos de Ataman en la siguiente jornada de la Euroliga, el viernes 3 de noviembre (20.30h) en el Palau. Este encuentro será especial para Willy, quien recibirá la visita de su hermano Juancho, uno de los fichajes estrella del conjunto griego de esta temporada.