El Barça regresa al Palau y lo hace con una actuación sobresaliente. El equipo llegaba al encuentro con un balance de 3-0, después de anteponerse al Efes (91-74), al Olympiacos (68-77) y al Partizan (83-92), las dos últimas en unos de los campos más complicados de la competición europea.
Con esta victoria, los de Grimau suman un balance de 4-0 en la Euroliga. Un partido estelar en el que brilló el juego en equipo y la química que hay entre los jugadores de la plantilla. Además, los azulgrana fueron capaces de anular por completo a los de Laso, que no supieron escapar de sus garras.
En la siguiente jornada, el equipo se verá las caras en el Wizink contra el Real Madrid, también invicto. El encuentro será el próximo jueves 26 de octubre a las 20.45h.
Vesely toma las riendas desde el inicio
El encuentro empezaba con el quinteto inicial más repetido por Grimau, que nunca falla. Laprovittola, Satoransky, Kalinic, Da Silva y Vesely. Rápidamente, era el checo quien tomaba el control del marcador y se encargaba de abrir camino hacia un 9-2 en los primeros minutos. Un Laso enfadado pedía tiempo muerto para que sus jugadores empezaran a concentrarse. No funcionaba, pues la defensa azulgrana los ahogaba. El cuarto se empezaba a convertir en un festival de puntos, al que todos los jugadores del Barça en pista se unían (27-11).
Excelente actuación de los de Grimau en ataque pero sobre todo en defensa, ya que no dejaron avanzar al Bayern más allá de los 11 puntos. Una actitud que debían mantener a lo largo del partido.
El Barça no deja pasar ni una
La presencia de Ibaka bajo el aro parecía rebajar distancias entre los equipos (29-17). En el local, era Jabari Parker quien se mostraba imparable y Satoransky, con sus triples, despertaba los cánticos del público del Palau. El Bayern estaba totalmente fuera del partido y nada salía bien. Contrariamente, los locales avanzaban a mano de Nnaji. El jugador luchaba por cada balón (41-25). Grimau pedía calma en la última posesión, que terminaba con dos puntos de Da Silva sobre la bocina (43-27).
El conjunto dominó toda la primera parte y no desconectó en ningún instante, pese a la inactividad en el aro contrario. Las rotaciones de Grimau y las actuaciones de jugadores como Vesely, Parker y Satoransky, fueron claves para asegurar comodidad en el partido.
Un conjunto imparable
Un majestuoso Jan Vesely volvía a protagonizar el inicio del tercer asalto, el jugador ya contaba con 14 puntos (52-32). El Barça aprovechaba cada jugada hasta el final con tranquilidad y, sobre todo, valorizando el juego en equipo. A diferencia del Bayern, cuyos ataques eran precipitados y sin sentido. En ningún momento se evaporaba la diferencia de los 20 puntos, a lo que Laso volvía a pedir tiempo muerto. Su equipo tan solo había anotado 35 puntos en los 30 minutos jugados. Volvía a desfasarse el Barça desde la línea de 3. Esta vez eran Parker y Jokubaitis quienes demostraban su calidad.
El tercer cuarto terminaba con un resultado de 70-40, un Barça imparable y un Bayern totalmente rendido.
Final estelar en el Palau
En una atmósfera brutal y un Palau muy encendido, Willy encestaba un triple sin oposición alguna (73-40). Él mismo se encargaba de anular por completo a Ibaka, jugador del que se esperaba mucho más esta noche. La gran diferencia en el marcador daba a Grimau la oportunidad de rotar continuamente a los jugadores y dar así más minutos a otros como Nnaji. No dudaba en aprovecharlos, colgándose del aro (84-49).
Faltaba un minuto y los jugadores seguían anotando sin parar (96-55). La química entre todos era espectacular, el banquillo entero se levantaba tras cada canasta. Todos anotaron y se lucieron en sus especialidades. Además, la diferencia en el marcador sirvió para dar descanso a jugadores usualmente cargados de minutos como Vesely o Laprovittola, entre otros. El encuentro terminó con un resultado de 98-59 y con un Barça que demuestra, una vez más, su nivel en Europa.