Raphael Dias Belloli, “Raphinha”, llegó en verano del 2022 con el cartel de fichaje muy ilusionante para el proyecto culé. Tras rechazar la oferta del Chelsea, y en un año marcado por la inestabilidad deportiva e institucional del club catalán, su rendimiento ha sido notable.
Sin embargo, tengo la percepción de que no es un jugador para marcar una época y, añadido a esto, reflexiono sobre la necesidad que tiene nuestro club en algo tan fundamental en la vida: saber dejar marchar a tiempo.
Riesgo de devaluación
He aquí la mayor razón para dejar marchar al jugador brasileño: el riesgo de devaluación. Raphinha es un buen jugador y nadie duda de su rendimiento, pero hay que analizar el contexto de la realidad que está viviendo el club. Sumidos en una crisis económica sin precedentes, urgen nuevos ingresos para garantizar la sostenibilidad del club.
En esta idea entra Raphinha. Si es cierto que van a llegar ofertas mareantes procedentes de la Premier, es momento de saber cuándo es una buena oportunidad dejar soltar algo, antes de que vaya a peor. En este caso, antes que se devalúe. Fue el caso de Rakitic, en el que el Barça rechazó una mareante oferta del PSG para dejarlo marchar años más tarde por una módica cantidad al Sevilla.

La sombra de Dembélé
Y es esta la mayor razón para esa posible devaluación: los jugadores que juegan en su misma posición. En este caso Ousmane Démbéle, por el cuál parece que está claro que el club va a apostar. Durante esta temporada, salvo cuando se lesionó, hemos visto que el francés ha estado por delante del brasileño en la rotación, llegando incluso a desplazar a este último a la banda izquierda, donde su rendimiento baja notablemente.
También se ha desplazado a Ousmane a la banda izquierda para que Raphinha jugase en la derecha, pero el rendimiento del galo es mayor en la derecha y Xavi lo sabe. Los dos jugadores son para jugar en la banda derecha y el técnico está claro que prefiere al francés, que parece su ojito derecho.

Banquillos millonarios, una mala idea
Tener compitiendo a Dembélé y Raphinha en la misma banda no es una buena idea, ya que uno de los dos se acabará devalúando. En este caso, lo más probable es que sea Raphinha el que lo haga. El francés, a pesar de tener un rendimiento intermitente, cuando está enchufado es imparable. Ya se vio cuando Coutinho y Dembélé competían por el puesto de la banda izquierda hace unos años, lo que hizo que uno de los dos acabara en el banquillo y, por lo tanto, bajando su nivel de confianza y de mercado.


Para ello está Abde, el extremo marroquí que ha cuajado una gran temporada en Osasuna y que puede ser el recambio de Dembélé dejando esa banda perfectamente cubierta, sin el riesgo de tener una gran apuesta millonaria en el banquillo.
Buen rendimiento, ¿pero diferencial?
En mi opinión, Raphinha nunca ha demostrado ser un jugador diferencial para el equipo y ese dinero nos vendrá muy bien para poder crecer económica y deportivamente.
Pensemos con la cabeza y no con el corazón. La vida es una constante evolución y hay que saber cuándo aprovechar una buena oportunidad para soltar y crecer.