Jue. Sep 21st, 2023

El francés llegó a can Barça en el verano de 2017, luego de la traumática salida de Neymar al PSG. Como si nada, el extremo galo se ha convertido en uno de los jugadores con mayor recorrido en el vestuario culer y en el proyecto personal de Xavi, que ha apostado fuerte por él desde su regreso a la Ciudad Condal.

De cara al público, el mosquito ha demostrado sin tapujos su compromiso con el equipo, pero con el final de su contrato a la vuelta de la esquina y una nueva ronda de negociaciones para extender el vínculo, su barcelonismo vuelve a estar bajo la lupa.

El calvario de las lesiones

Aunque en ningún momento llegaron a coincidir en el vestuario, la salida de Neymar ha tenido fuerte impacto en la estancia Dembélé en can Barça. El mosquito llegó desde Alemania con el cartel de crack mundial y con el peso en sus hombros de hacer olvidar a la pieza en el ataque que se había ido, dejando a la MSN desintegrada.

La gestión en las negociaciones de Bartomeu tampoco ayudó al francés que entró a la plantilla con la etiqueta de haber costado 135 millones de euros. Con un mercado inflado, el jugador entró con la máxima presión ante un barcelonismo expectante que no le pasaría ni una.

Para su mala suerte, fue no más pisar el Camp Nou y comenzar una seguidilla de lesiones, que combinada con la poca confianza que depositó en él Ernesto Valverde, lo mantuvieron sin continuidad en su primera etapa en Barcelona.

Resulta cuanto menos sospechoso que en el Dortmund, las lesiones no fueron un factor recurrente en la carrera del mosquito. Sin embargo, en las primeras dos temporadas a las órdenes de Txingurri llegó a tener hasta 5 lesiones diferentes, dejándole ausente durante 201 días.

El paso al frente de Dembélé

Desde la llegada de Xavi a Can Barça, Dembélé pasó de ser una constante en la enfermería a encadenar más de un año sin lesiones. Más allá del último contratiempo físico que le mantuvo fuera de los terrenos de juego por varias semanas, lo cierto es que el mosquito ha estado disponible en casi toda la etapa Xavi, convirtiéndose en un jugador clave en el ataque culer.

Con el egarense en el banquillo Dembélé se ha convertido en el proyecto personal del entrenador. Su ambivalencia con las piernas, su velocidad, su regate y su desparpajo lo hacen uno de los extremos más peligrosos de Europa. Con Xavi, y luego de varios años en Barcelona, su adaptación al estilo de juego culer ha mejorado y no es el mismo Dembélé que llegó en 2017.

Sin embargo, aún debe optimizar su toma de decisiones para ser ese extremo vertiginoso que está llamado a ser y en el que el entrenador tiene plena confianza. Por ahora su porcentaje de regates completados durante la Liga 22/23 está en el 45%, pero debe ir a más.

La renovación del mosquito

La pasada temporada, la renovación de Dembélé llego a convertirse en una telenovela de mal gusto con su representante como protagonista. La situación llegó al punto que el entrenador tuvo que intermediar ante el club para que el mosquito no fuera apartado de la plantilla. Finalmente, las partes llegaron a un acuerdo y Dembélé terminó aceptando una renovación cortoplacista, a la baja, pero con una cláusula de recisión favorable a los intereses del jugador.

La situación ahora pareciera ser similar, pero Sissoko ya recibió el mensaje de que una nueva directiva está bajo el mando de las negociaciones. La última lesión del mosquito deja incluso las dudas en el aire que pueden jugar a favor del Barça a la hora de entablar conversaciones.

«Estoy muy cómodo en Barcelona. Espero construir una gran carrera aquí» «Sigo al Barça desde pequeño»

Osmane Dembélé, jugador del FC Barcelona.

Lo cierto es que atar a Dembélé debe ser una de las prioridades la temporada que viene para así asegurar a un delantero de cualidaes únicas en el mercado, la puesta personal del entrenador y una inversión a la que aún se le puede sacar rentabilidad. Por ahora, el compromiso del jugador con el proyecto parece permancer intacto y una fórmula cortoplacista podría ser de nuevo la mejor opción para evitar pérdidas de motivación inesperadas.