Esta temporada – la primera completa de Xavi Hernández al frente del FC Barcelona – hemos podido descubrir la variedad de esquemas que ha presentado el conjunto culé para encarar los partidos. Desde planteamientos más agresivos y enfocados al ataque, a otros más conservadores y con el objetivo de reforzar ciertos sectores del campo. De acuerdo con los jugadores de la actual plantilla, ¿qué alineación utilizará Xavi para encarar la temporada 2023/24?
I. 4-3-3
Esta es la formación clásica del FC Barcelona. Con esta alineación, Xavi se convirtió en uno de los mejores jugadores de la historia, y el Barça en el mejor club del mundo. Aunque hay muchos aficionados que consideran que es un sistema obsoleto, esta alineación le puede venir muy bien al equipo de cara a la temporada que viene.
Aquí encontramos dos claras ventajas para favorecer el juego que Xavi quiere plantear. Por un lado, la amplitud del campo, pues el equipo cuenta con dos extremos (normalmente Dembélé por izquierda y Raphinha por derecha) capaces de abrir el campo, de estirar al equipo rival lo máximo posible. Además, permite generar huecos entre centrales y laterales que pueden ser aprovechados por los jugadores que entran de segunda línea.


La otra gran ventaja es la gran influencia que tienen los interiores en el juego del equipo. En este caso, Pedri como fijo y Frenkie De Jong, Gavi y Kessié se disputarían esta segunda plaza como interior. El hecho de tener un pivote permite que los interiores tengan la posibilidad de recibir por detrás de la primera línea de presión del equipo rival, algo que permite ganar metros y, además, tener hasta 5 jugadores en situación ofensiva.

II. 4-4-2
Si bien el propio Xavi niega haber utilizado el 4-4-2, sí es cierto que este año ha jugado con 4 centrocampistas y 2 delanteros. Los motivos de este cambio pueden ser puramente tácticos o también tienen un factor importante en el rendimiento de los delanteros, pues cae una pieza ofensiva para incluir a un mediocampista más.
Esta alineación le ha dado muy buen resultado al equipo este año. En primer lugar, la zona del medio campo es la que se ve más reforzada, pues se incluye un jugador más. En esta ocasión sería Gavi quién actúa de 4º centrocampista o «falso extremo», dejando el centro del campo a Frenkie y Pedri.


El otro jugador que también se ve claramente beneficiado es Alejandro Balde, pero esta vez se potencia su proyección ofensiva. Raphinha o Dembélé se quedan jugando en la banda derecha, y Lewandowski es el 9. Con Gavi cayendo hacia el centro del juego para apoyar al mediocampo, Balde tiene ante sí todo un carril para él solo, con total libertad para avanzar sin oposición alguna.

III. 3-4-3
Esta es la propuesta más rompedora y arriesgada que puede plantear Xavi. En este caso, para colocar las piezas, el equipo dispondría de tres centrales, dos pivotes y dos mediapuntas que formarían un cuadrado, dos extremos a los que Xavi dejaría la banda para ellos solos, y un delantero centro cuya finalidad sería únicamente meter goles. Aquí Lewandowski no necesitaría bajar tanto a recibir.
Con esta alineación, el Barça se asegura una gran presencia en el campo rival, así como también la capacidad de disponer de varios recursos ofensivos, desde un ataque por las bandas secundado por los mediapuntas así como también una ofensiva por el centro de la defensa rival. Ello a raíz de que existiría una acumulación de jugadores, entre mediapuntas, delantero y la posible incorporación de un pivote que ayudaría a facilitar el ataque culé.
En esta ocasión, al jugador al que le vendría mejor esta alineación es Koundé. El francés ha jugado esta temporada como lateral derecho. Si bien su rendimiento ha sido más que aceptable, en alguna ocasión se ha echado en falta profundidad ofensiva por la banda derecha.
Con este esquema Koundé regresaría a su posición natural de central, y ahí podría rendir a un mayor nivel todavía. También Frenkie De Jong se vería beneficiado, pues con los 3 centrales, aun empezando en la base de la jugada, el neerlandés podría tener más libertad para realizar esos ‘slalom’ en los que rompe líneas de presión rival, esta vez sin correr el riesgo de dejar demasiado desguarnecida la zona defensiva.
