Mié. Sep 27th, 2023

Ronald Araujo y Andreas Christensen atraviesan los picos más altos de sus respectivas carreras. Junto a Jules Koundé y Alejandro Balde, forman una defensa imbatible; una muralla casi inexpugnable, que equilibra al Barça desde la solidez que escenifican en cada partido.

El danés llegó al Barça como un fichaje que planteaba dudas. Para el gran público, Andreas era visto como un central algo blando, no contundente en el uno contra uno; algo que recuerda a Clement Lenglet. Christensen, tras varios meses desde su llegada a Barcelona, ha callado bocas, dando un rendimiento de central top mundial.

Lo de Araujo es insultante. Con su exhibición frente al Villarreal se asienta, más todavía, en la élite, con una regularidad asombrosa. Ha tenido la capacidad de transformarse en un central, que en su llegada a Barcelona no tenía muchas condiciones técnicas, en uno que ya es capaz de dar el paso al frente, dividir y dar el primer pase.

Un camino distinto en Champions

Cuesta creer que con esta defensa, el camino no hubiera sido distinto en Champions. Es más, tengo el convencimiento de que si el Barça hubiera contado con alguno de los dos centrales (Araujo o Christensen) en el duelo frente al Inter, se ganaría el partido. La realidad nos plantea una posible liga de récord. Si la continuidad perdura, el Barcelona acabaría la competición con un total de catorce goles encajados, un dato histórico.

Koundé, Araujo y Christensen en un partido contra el Atlético de Madrid. / REUTERS

Lo que es cierto es que esta imbatibilidad es trabajo de todos. El trabajo en presión es más fácil cuando el equipo está convencido de una idea. Xavi ha forjado un grupo que tiene la convicción de la disciplina y el trabajo en el campo. Todos corren por el bien del compañero, y los excelentes repliegues después de inferioridades numéricas son ejemplo de ello.

El adiós justificado de Piqué

Christensen y Araujo han demostrado un nivel insultante de carácter y solidez en la defensa blaugrana. Teniendo en cuenta esto, el adiós de Piqué está más que justificado.

El rendimiento de Gerard no era malo, pero si distante, por quedarme corto, del de estos dos centrales titulares.