El pasado jueves 16 de febrero, se firmó otra noche triste para el barcelonismo. La derrota del Barça Basket ante el Unicaja fue tan equivalente a un fracaso como una sorpresa que nadie esperaba al mismo tiempo. El Olímpic de Badalona fue el teatro de las ‘pesadillas’ de Saras.
El Unicaja de Málaga derrotó por 87-85 al Barça Basket, y el equipo azulgrana se queda, de esta manera, sin opciones de disputar la Copa del Rey.

La clave de la derrota
Desesperación sería la palabra exacta. Los amantes azulgranas del baloncesto nos aferrábamos a la Copa del Rey como única salvación para este irregular inicio de temporada. Eso no hace sino que aumentar el choque de la realidad. El golpe atroz y frío en el cual nos encontramos los culers esta noche.
El Unicaja de Málaga (quinta posición en liga ACB), se vio en la capacidad de remontar 14 puntos. De esta manera, se llevó el pase a la semifinal contra el Real Madrid, eterno rival.


A este Barça se le han visto las costuras. El juego colectivo brillaba por su ausencia. La solidez defensiva aparecía y desaparecía por momentos, y la garra de ganar un título parecía hoy inexistente. Perry y Brizuela, jugadores del Unicaja Málaga, han sido los sastres de este traje. Ambos han sabido aprovechar a la perfección los desajustes del equipo favorito.
Un golpe más a la lista
Lo de hoy es un fracaso. Igual que lo fue perder la Liga y la Euroliga de la manera en la que se perdió el año pasado. El Barça es una plantilla llena de estrellas; llena de grandes jugadores que encajan como equipo y con grandes individualidades.
Aún así, el equipo no es capaz de hacer una temporada completa en condiciones. Saras repite el concepto de autocrítica. “Tenemos que hacer autocrítica”.

Todo tiene un límite, y cada vez da la impresión que el Barça está cerca de superarlo. No se ve un progreso en los sistemas, ni un entrenador que muestre confianza a sus jugadores. No parece que exista un equipo.
Nunca parece buena opción quemar las naves cuando el navegante es un ídolo de la afición. Pero aún así, sintiéndolo mucho, esto es desesperante.