Nueva debacle del Barça en Europa. Esta vez, frente a un Inter que supo aprovechar sus ocasiones cuando la situación lo requería. Por su parte, el FCB deberá abordar internamente otra caída estrepitosa en la Champions League. Muchos señalados y pocos que no se vean salpicados.
A la espera de lo que pueda ocurrir en el clásico del domingo, el Barça no tendrá mucho tiempo para lamentarse, ya que el Real Madrid viene como un tiro con la intención de quitarle el liderato a un equipo que, aún en octubre, ya pide ayuda emocional.

Los mismos de siempre
La temporada en Europa parece que llega a su fin. Salvo un milagro, él Barça deberá, por segunda vez consecutiva, ver los partidos de la máxima competición europea desde casa. Esta vez, pero, con Lewandowski y compañía en el equipo. El equipo cambia, pero las costumbres se mantienen.
Si bien son muchos los jugadores que pueden haber quedado tocados después de este partido, los grandes señalados son , sin ninguna duda, Gerard Piqué y Sergio Busquets. El primero parece tener los días contados. Siendo el quinto central del equipo, no ha estado a la altura. Su lentitud, su imprecisión, la falta de capacidad para leer el juego y su bajo rendimiento le sentencian para lo que resta de temporada. Busquets, por otro lado, al no tener un sustituto de garantías, parece que seguirá jugando. Pero la realidad es que ambos no están a la altura de las circunstancias.

El Madrid, otro obstáculo que superar
Las sensaciones son malas. El Barça no ha sabido responder en los partidos de alta exigencia. En Múnich, Milán y ahora en Barcelona, con más de 92 mil personas apoyando al equipo. Ahora, la Liga espera un partido que si bien aspira a ser la gran atención de la jornada, en Madrid lo ven como una posibilidad para acabar de hundir a su rival más directo en la competición liguera.

Será necesario un gran trabajo para poder remontar este contrapié. Xavi ya no solo tendrá que lidiar con un historial negativo en Europa, sino que también evitar tener uno de parecido en liga. El futuro parece oscuro cuando el presente no tiene color.